Primer Capítulo: “El Disparo”
Recuerdo
esa tarde como ninguna. Hacía un calor horrible creo que la temperatura
había subido a 105. No había llovido en casi un mes y con el escaso de
agua estábamos pasándola bastante difícil. Recuerdo también que la poca
agua que teníamos era de un rio que quedaba muy cerca de mi casa. Poco a
poco el rio se estaba secando y pronto no habría agua nr vb i para
beber.
Pero
la falta de agua y el calor eran poco para lo que ocurrió la tarde de
Junio 13, 1999. Era un domingo y por lo tanto las personas de aquel
pueblo llamado Santo Pedro (en apreciación por el padre de la iglesia
Padre Pedro) habían salido de la iglesia y caminaban a casa.
Debo
explicar un poco más del pueblo para que así puedan comprender los
eventos que tomaron lugar allí esa tarde. Este era un pueblo muy cerca
del campo. Por lo tanto muchas de las personas que vivían en este
pueblo eran analfabetas y no conocían mucho de la educación. Les explico
esto porque así fue que Don Mauricio Albarelos se hizo famoso. El llego
a este pueblo y aunque tenía poca educación todos lo admiraban por lo
su dinero. Claro que el también ayudaba de vez en cuando a las personas
del pueblo. El rifaba números y el ganador ganaba dinero y comida.
Es
este pueblo también vivía Carlos Guzmán. El tenía una novia Clara Inés.
Eran bien conocidos porque juntos trabajaban en el único colmado grande
que había en el pueblo. El señor Guzmán era muy respetado por todas las
personas ya que también conocían a su padre quien fue el que construyo
el colmado. Clara Inés era “la virgen” del pueblo y el ejemplo de todas
las señoritas. Por eso es que nadie pudo entender porque Clara Inés de
pronto dejo a Carlos y corrió a los brazos de Mauricio.
Ni
siquiera Katia la chismosa del pueblo podía explicar lo que había
pasado. “¿Le viste la cara al pobre Carlos?”Mami pregunto. Nosotras
caminábamos con Katia por la acera hacia la pequeña casa de madera donde
vivíamos. Katia era nuestra vecina. “Me da tanta pena.”
“Esa infelicidad de Carlos tiene nombre y ahora lleva un gran apellido; Clara Inés Albarelos.”
“Yo
creo que lo más difícil para él tiene que ser el conocimiento que el
pueblo le ha dado a Clara Inés. Ahora es la gran dama del los
Albarelos.” Yo también quería opinar pero estas eran conversaciones de
adultos no de bichos.
El
pueblo tenía la costumbre de caminar en el medio de la calle cantando
todo los domingos después de la iglesia. Este domingo obviamente no fue
una excepción. Recuerdo que caminaba al lado de mami y Pamela. Pamela
era mi mejor amiga y la única hija de Katia. Todos estábamos callados
esperando el signo del padre para cantar cuando escuchamos un disparo.
Fue tan fuerte que el eco se escuchaba de diferentes lugares. Nadie
sabía de dónde había venido el disparo y si teníamos que sacar las velas
y preparar café.
By: Ana Acosta
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